Historia de una depilación
26 julio 2007 por arrobita198
Capítulo I. Lunes
Llego a casa nervioso y excitado. Hoy voy a poner en práctica mi plan
para sorprender a cuchicuchi y pasar una noche de sexo animal. He
decidido depilarme pubis y testículos y quedarme suave como un Cd
virgen, a ver si se anima la cosa matrimonial, que últimamente anda de
capa caída.
Como no tengo ni idea de cómo hacer esto, pregunto a una amiga de un
foro aprovechando que veo en una foto suya que ella también se rasura.
Leo y apunto sus consejos:
– Primero rapar con máquina de cortar el pelo
– Utilizar espuma o gel
– Pasar maquinilla, nunca a contrapelo
– Luego echarse crema hidratante
No puede ser tan difícil. Todas las fotos de tías con las que me la
meneo llevan el chocho como la pantalla del PC. Llego a casa y manos a
la obra. Primero la máquina del cortar el pelo. Esto es fácil.
Intento pensar en el Fary manteniendo relaciones homosexuales con
TinkyWinky porque el cosquilleo de la maquinilla en las pelotas me está
poniendo cachondo, y como me líe…
Acabo el primer rasurado con la máquina. Coño, cómo mola, ahora llevo el
mismo corte en la cabeza, en la perilla y en la polla. Soy capicúa.
Vamos con la espuma. Esto también tiene su gracia. Vuelta a pensar en el
Fary y TinkyWinky. Con la espuma, mi pito parece un Papá Noel. Hago el
bobo delante del espejo “¡Aaaaahhhhh!, un pene rabioso, ¡aaaaahhh!”.
Bueno, al grano que te me distraes.
Cojo la cuchilla de afeitar. Se van a cagar, es la Guillete Mach3 Turbo
TDI 16v. Esto corta más que la sierra de Viernes 13. Grácilmente levanto
mi escroto para tener mejor visión. Primera duda: Vale, hazlo en el
sentido del pelo. ¡Coño! ¿Cuál es el sentido del pelo en un cojón?
Cagada, yo tengo el huevo redondo (¿qué raro, no, los pelillos no
parecen tener un “sentido”. Simplemente, salen de punta.
Bueno, pues entonces dará igual. Voy pasando la maquinilla con cuidado,
aunque no evito darme un pellizquito. Miro haber si por el corte que me
acabo de hacer en el huevo asoma el pollito. No, ha habido suerte. No
asoma ni un esperma. Lo he pasado mal cuando he llegado a la zona que
linda con el ojo de Sauron, casi atrás, pero la cosa no ha ido mal.
Ataco el otro huevo, más de lo mismo, como en el chiste:
– Manolo, ¿sabes que tengo abilismo?
– No jodas, ¿y eso qué es?
– Un huevo grande y el otro lo mismo
Voy a atacar los muslos, ahí casi no tengo vello, excepto en la zona más
próxima a la bolsa escrotal. Sin problemas. Queda tan suave como las
nalgas de una quinceañera patinadora. Toca la parte superior, que afeito
sin problemas. Bidé y agua caliente… parece que noto algo de escozor
por algunos puntos. Serán cortecitos. Me miro al espejo. Joer qué
impresión. Parece que vuelvo a tener 10 años. No, no lo digo por el
tamaño del pene, lo digo por la calva.
Pero algo va mal. Observo grandes deficiencias. Veo las piernas peludas
y, llegando a los muslos, de repente, una calva. Los mismo sucede en la
panza, baja un canalillo de pelos desde el ombligo y al llegar al
paquete…¡zas! Parece los montes de Chernobyl. Y por detrás es aún
peor. ¿Cómo voy a llevar un culo peludo y que al girarme parezca que ha
llegado el otoño? Queda de pena.
Calma, que no cunda el pánico. Aún quedan 2 horas para que llegue
cuchicuchi. Tengo tiempo, espuma, cuchillas y pulso de cirujano (con
cirrosis, eso sí). No queda otro remedio. Primero el culo. ¿Alguien se
ha depilado el culo sólo? Mientras lo hago siento que soy el primero en
intentarlo. Me retuerzo hasta que me cruje el espinazo para poder verme.
No llego a verme el culo y empiezo a afeitar sin ver. ¡Mierda! ¡Se me
olvidó pasarme la máquina del pelo primero! Ya da igual. Llego a la zona
del ano. No veo nada. Cojo un espejo de mano de cuchicuchi, el que
utiliza para depilarse las cejas y esas cosas. Me pongo en la cama como
una mujer en el paritorio. Con el espejo de la pared y el de mano hago
posturas hasta que me veo el culo. ¡Coño! tanto tiempo juntos y apenas
nos conocíamos. Un par de minutos depués y a base de pasarme la mano por
el “lomo”, dejo de notar pelos. ¡Culo depilado!
Después de eso, las piernas no tienen dificultad. El torso lo hago
leyendo el Hola. Joer con el Rey, cómo se lo ha pasado en la visita a
Marruecos. Bueno, pues dos cuchillas y medio bote de espuma después ¡no
me reconozco! Coño, hasta parezco un deportista. ¡Qué fresquito se nota!
El aire hace cosquillitas por zonas que antes estaban abrigadas.
No sé si ponerme trocitos de papel en los cortecillos, como hago con la
barba. Decido que mejor no, no vaya a verme mi mujer y me suelte
“¡anda!, ¡qué disfraz de momia más guapo!”.
Una duchita para eliminar todos los pelillos y resto de espuma, con la
maquinilla voy repasando algún despistado. Esto me gusta, me siento
limpito, no sé, como más higiénico sin tanto pelacho.
Queda el paso de la crema hidratante. Vamos allá. Busco entre los
potingues de cuchicuchi. Hay cosas rarísimas. Por un momento dudo…
¿No estaré buscando entre sus cosas de restauración de muebles? Leo
“lifting”, “reafirmante”, “Anti-age”… ¡esta! “Leche desmaquilladora
hidratante”. Justo lo que busco. Espero que me dé para todo el cuerpo.
Empiezo a untarme en el mismo orden que me he afeitado. Joer , pues será
todo lo hidratante que quieras, pero pica como su puta madre. Voy
untando crema mientras todo me va escociendo.
Joer, joer. Ahora entiendo cuando las tías dicen que lo pasan mal con la
depilación.
Cuando termino parezco una anchoa en lata. Tengo que sujetarme a la cama
porque pego un resbalón en la tarima flotante. Me apunto mentalmente el
nombre de la crema por si un día cuchicuchi me deja practicar el sexo
anal, joer como desliza, con esto le meto yo la tranca y se piensa que
es el meñique. Otra vez, qué no, joer, qué no lo digo por el tamaño, que
es por lo que resbala la crema.
Me escuece todo el cuerpo. Parece que tengo un hormiguero cabreado en
los huevos. Me visto y me voy a sacar al perro, a ver si se va calmando
la cosa. Horrible. Cualquiera que me vea pensará que tengo una batería
de coche enchufada a las pelotas. Voy como si me soltaran descargas.
Escuece todo, pica que rabia. Algo pasa. Llego a casa y me desnudo.
¡Otias! ¡estoy más rojo que Llamazares!
Uhhhhh, que la he cagado, que la he cagadooooo. Pero si yo he seguido
las instrucciones de la Paty. ¿Será que las tías tienen el chirri más
resistente? Decido volver a ducharme con agua fría y la cosa se calma,
pero donde me rozo me pica un huevo (nunca mejor dicho).
Aguanto como un campeón a que vuelva cuchicuchi. Me conoce como si me
hubiera parido, así que según entra por la puerta y me ve, dice “Algo
has hecho”. Es como cuando le digo voy a comprarme un casco para la moto
que está en oferta de 175 euros… y vuelvo con uno que cuesta 399,
según entro por la puerta tiene la carita igualita a la de este momento.
– Verás, creo que la he cagado.
– ¿Qué has roto? ¿Cuánto te ha costado? ¿Llevas mucho tiempo tirándotela?
– Que no, que no, que no es una cagada de esas… mira.
Me desnudo y le enseño mi obra. Parezco un Alemán en Torrevieja un 2 de
Agosto. O una gamba de Huelva.
– ¡Ay la madre que te parió! pero si estás en carne viva
– Yo es queee… quería darte una sorpresita… quería raparme los
huevos y eso… pero claro, quedaba mal, y tirando, tirando…
– Pero.. ¿cómo lo has hecho? ¿con hacha?
– Nopes. Yo creo que ha sido la crema hidratante. Ahí si que me ha
empezado a picar.
– ¿Qué crema te has echado?
– Esta…
– ¿La desmaquilladora?
JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAA- AAAAAAA.
Capítulo II. Miércoles
Por fin se ha pasado los picores. Lo peor ha sido el culo. Me he
retorcido como si tuviera lombrices. Parecía que había plantado el ano
en un avispero. El pecho pica y la zona genital. Tanto me he rascado que
un amigo me preguntó “Tío… ¿no te habrás ido de putas y te han pegado
algo?”. No tuve valor a explicarle lo ocurrido, así que ha dejado de
hablarme porque es amigo de mi mujer y piensa que soy un putero.
Hoy voy a intentar hacer el amor con mi mujer. Estos dos días ni me la
he meneado. Cualquier movimiento irritaba alguna zona de mi cuerpo y
terminaba rascándome mientras veía como mi pene (casi la única zona de
mi cuerpo que no está irritada) se bajaba.
Ahora me noto mucho mejor, casi no me pica nada, no tengo nada irritado.
Ayer tenía unos granos rojos por todo el cuerpo, como picaduras de
mosquito. Mi mujer decía que tenía “cada poro de tu cuerpo cabreado
contigo”.
Pero hoy se va a cagar. Eso si, le diré que se abra de piernas en el
borde de la cama. No quiero roces…