Mi fanatismo es mejor que el tuyo
26 marzo 2007 por erika
Dedicado a los seis mil millones de personas, que, al igual que yo, son dueños vitalicios de esta isla redonda.
No se sabe cuándo nació el primero, o si su origen tiene la misma edad de la humanidad. Se ignora si fue una cuestión de ideas, rasgos físicos o forma de danzar. Nadie sabe cómo surgió ni quién fue la primera víctima, mortal o no, de lo que luego se llamaría estrechez de ideas o de criterio.
Sólo se sabe que es antiguo y, llevado al fanatismo, nefasto. Lo que comienza siendo un simple pensamiento “cajonero” termina mandando gente a la hoguera, al exilio o a los leones. Y, en versión moderna, al escarnio, la discriminación y al otro exilio, el social, ese que es aún peor que la muerte.
A mí, la verdad, hay ciertos temas que ya me tienen hasta el gorro. Se les da vueltas por años y los habla la gente en el pasillo de la ofi y las señoras en los tés. El taxista lo saca a cuento y el político prueba a ver si le dan votos extra. Y entonces ahí siguen ellos, (los temas, quiero decir) como el genio en la botella, viendo pasar los años, impávidos, inalterables e inaguantables.
Podría citar una media docena, pero hoy me referiré a lo comentado en los dos primeros párrafos: la intolerancia. Vaya si está de moda esa palabra: se la lee en revistas, periódicos y propagandas. La usan los señores de corbata y la señora (ita) de uniforme. Es tema central de una conferencia de Vargas Llosa en un foro de la ONU o de la charla de las “marujas” mientras tejen en el parque.
Ni qué decir del uso que le han dado escritores y cineastas, ya sea enfocándolo hacia la Inquisición, las sectas y hasta el Holocausto. Todo eso fue intolerancia, fanatismo, odio desbordado. Si, es cierto. Y fue espantoso. Y nos horroriza. Y nada aprendemos de eso. Al contrario, en un afán justiciero a la Beatrix Kiddo la mitad de la humanidad busca revancha contra la otra mitad, quien a su vez venga lo que le hicieron más atrás en el tiempo y que, seguramente, no superará hasta ver comiendo el polvo a su agresor.
Cuando uno mira la crisis que enfrenta la Iglesia (maldito tema manoseado hasta el hartazgo y ya cansón) y oye a ex-católicos o ateos de cuna decir lo que ya dijeron otros, Código Da Vinci incluido, y que ya está descubierto y destapado; no sabe cual fanatismo le hiela más la sangre.
Yo soy una de tantas personas que he tenido malas experiencias con miembros de la iglesia, acoso sexual en la adolescencia incluido, (y que gracias a …digamos, dios, no pasó a mayores), y tuve la desgracia de pasar diez días en una residencia del Opus Dei. Y sí, efectivamente, te aislan del mundo, te vigilan las llamadas, te quitan T.V, radio y revistas y primero pasa un camello por el hueco de una aguja que un hombre por la puerta. Y fui muy infeliz ahí, y todo era anormal, y el último día escapé a la calle con tal terror que la escena era digna del Expreso de Medianoche. Sé que en diez días no se conoce mucho (y yo procuraba sólo llegar a dormir) pero debo decir que la gente allá, pese a tanta idea torcida, no se flagela hasta sangrar ni otras cosas que una peli no menos ávida de dinero que la iglesia que critica se empeña en afirmar.
Lo que quiero decir con todo esto es que no tenemos derecho a condenar a x o y persona o institución si nuestro criterio y capacidad de tolerancia no es mejor que el objeto de nuestra crítica. Recuerdo una vez que llamó al periódico en el que trabajaba un señor gay más que enojado, tildando a los heteros de anticuados, mogigatos y neuróticos. A todos, todos los heteros. Ni uno sólo se salvaba. Ah! Y además, los calificó de cerrados de criterio y de fanáticos. Y reitró: -Así son tooodos los neuróticos heteros, siempre, siempre generalizando.
Lo que este señor no esntiende es que el tiene; como cualquiera; el deber de tolerar ; no puede pedir lo que no no se ha dignado dar
Y la cosa va para todos y en todas direcciones : hay sacerdotes que son ejemplares; otros que no y otros que son delicuentes; el Opus Dei falla en muchas cosas; pero existen otras instituciones que ayudan de verdad al projimo; hay pobres buenos y malos; gays buenos y malos; ingenieros buenos y malos; se tienen los mismos derecho adorando a Buda que danzando para el Sol; estar feliz de ser negro es maravilloso; estarlo de ser blanco tambiën
No podemos tachar a nadie de fanatico religioso si ponemos una letra escarlata en el pecho de aquel que pisa una iglesia; no llamemos puta a la mujer que decidiö explorar el terreno sexual sin complicaciones ni santurrona a la que; con todo derecho; decidiö ser casta
Todos somos co_dueños de esta isla redonda que llamamos Tierra y donde tenemos el derecho intrinseco de vivir como nos plazca; siempre y cuando no causemos daño a nadie
Recordar los males del pasado; como la inquisiciön; debe servirnos para aprender y mejorar y no para arremeter contra todo lo religioso: recordemos que tambiën hubo un Nerön que hizo imponer sus ideas a los cristianos en la mäs despiadada y cruel de las formas:
pd: disculpen los ultimos acentos y falta de tilde; algo le paso a mi teclado sorry
chapeau!
Justo el otro día, leía ún artículo al respecto:
La INTOLERANCIA es el marco mental, la raíz de donde brotan actitudes sociales, políticas, económicas o culturales, y conductas que perjudican a grupos o personas, dificultando las relaciones humanas. De hecho, una definición, más o menos, podría ser que, todo comportamiento, forma de expresión o actitud que VIOLA o DENIGRA los derechos del prójimo, o invita a violarlos o negarlos.
La Intolerancia es el gran desafío que la humanidad debe hacer frente en este siglo XXI.
Las manifestaciones de racismo y xenofobia, de sexismo y homofobia, de antisemitismo e integrismo, son algunas de las caras de esta, junto al ultranacionalismo excluyente y el totalitarismo, revelando la violación de la dignidad humana y la vulneración de los derechos fundamentales, quebrando la doble condición de persona y ciudadano que universalmente a todos nos acoge.
“LA VIDA ES MUY PELIGROSA, NO SÓLO POR LAS PERSONA QUE HACEN EL MAL, SINO Y SOBRETODO, POR LAS QUE SE SIENTAN A VER QUE PASA” (A. Einstein)
Besines de Colorines!
como dice lamamma chapeau!!!
lo clavaste muy bien
bsos!!
Pues sí, muy cierto. La intolerancia parece que está de moda.
A los que dicen eso de “Piensa mal y acertarás” les diría eso de “generaliza y fallarás”
Muy bueno el artículo.
Besotes!
Probablemente en todos existe un cierto grado de fanatismo.
De hecho podemos conocer fanáticos musicales, de deportes, políticos, de cierta forma de alimentación, etc …
Lo sorprendente es que llegue a traspasar, a veces, los límites de la vida misma.
Pero, si lo pensamos, la cultura occidental, ensalza, de alguna manera, el fanatismo desde el cole: Héroes que dieron la vida por su país, mártires que dieron la vida por su Dios, conquistadores que extienden su fe por el mundo … incluso deportistas, que dan “todo”, a entrenadore que exigen “luchar a muerte” por “sus colores” …
¡Hasta admiramos a quien da la vida por un ideal! (Siempre que sea “políticamente correcto”)
Pero siempre, tiene efectos secundarios: Limita la libertad, incomunica, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos, desgraciadamente, niega la dignidad del prójimo.
Besines de Colorines!
Las religiones y creencias varias son un buen ejercicio de tolerancia que debiéramos aprovechar para practicar esa palabra que nunca fue tomada en cuenta por la humanidad: respeto.
RESPETO, esa es la palabra.
Besines de Colorines!