Ganas de enterrar a más de uno vivo
4 diciembre 2006 por cabaret
Guauu que velocidad de actualización! cómo se nota que cada vez somos más. Me gustaría poder leeros a todas, pero creo que me va a ser bastante difícil. En apenas unas horas se han colgado 3 ó 4 artículos nuevos y no me da tiempo a seguiros el ritmo. Aún así, intentaré leer lo que pueda.
Me gustaría compartir con vosotras la reflexión que he colgado también en mi blog:
En mi tranquila mañana de trabajo he presenciado un acontecimiento, por desgracia, demasiado común y asquerosamente indignante.
Oir hablar de accidentes laborales en la construcción se ha convertido en un habitual de las noticias, que en cierto sentido nos acostumbra un poco a las desgracias. Igual que cada vez somos más impermeables a las guerras, la violencia de género o el sida, enterarte de que otro obrero más a muerto forma parte de la letanía. No digo que no nos afecte, sino que después de la expresión de cabreo y las maldiciones varias, se nos pasa el mal rato y seguimos a lo nuestro.
Cuando volvía a casa por Gran Vía me he encontrado a un compañero fotógrafo del periódico, un revuelo de gente y un chaval joven tirado en el suelo sin moverse. Se había caído desde un primer piso mientras trabajaba en el andamio. Esto… ¿andamio? ¿se podía llamar aquello andamio? La plataforma que lo sostenía eran unas vigas de hierro con tablones encima sin sujetar con nada, ni con barrera de protección para no caerse. ¿Cómo no iba a preciparse el chico hacia abajo si con el mínimo movimiento la madera se movía?
Aquello traspasaba el colmo de la indignación.
¿Cómo puede mandar un jefe subirse a alguien ahí en semejantes condiciones?
y sobre todo y lo más preocupante… ¿cómo puede aceptar cualquiera subirse?
¿qué está pasando con la dignidad?
He vuelto a casa, cabreada, asqueada y con cierto instinto terrorista hacia ciertas empresas…
Uys, pero que ya mismo es Navidad… que alegría, mira!
GRRRRRRR
(Me gustaría, si puede ser, que se incluyera la categoría de “Denuncia” para este tipo de opiniones sobre cuestiones que merecen hojas de reclamación. ¿Sería posible?)
La culpa, como señalas, no sólo es del que le hace subirse ahí, sino del que acepta.
Yo siempre que me subo al andamio compruebo que estén puestos los frenos de seguridad… Ya se cayó mi padre una vez de uno por no ponerlos… Y si ya me da respeto con los andamios en buen estado, porque me lo dan las alturas, imagina si estuvieran mal…
Aunque debo decir que alguna vez hice alguna “locura”, por eso que pensamos siempre en alguna ocasión de que a nosotros nunca nos ocurrirá nada… Pero por lo general tengo cuidado… Y todos deberían tenerlo. Saludos.
Creo que son bastante evidentes las respuestas a algunas de tus preguntas. Por qué aceptar subirse ahí, pues muy sencillo, porque sino lo mandan a la calle en menos de cinco segundos y tal y como está el mundo laboral en España creo que nadie se puede permitir eso. Es cierto que una vida es más importante que un trabajo pero siempre pensamos que a nosotros no nos va a ocurrir.
Por qué un jefe manda a alguien subir en tales condiciones, pues seguramente para asegurarse de que no va ser él el que caiga.
Son muchas cosas las que la sociedad debería cambiar, deberíamos luchar por ciertas injusticias que diariamente nos conmueven y afectan, tanto a nivel social como personal pero lo cierto y lo más triste es que nos estamos acostumbrando a recibir este tipo de noticias y a creer que nada se puede hacer.
Un saludo!