Monólogo – El miedo
14 junio 2007 por tetxu
Que malo es el miedo, ¿eh? Los seres humanos no estamos
preparados para el miedo, no nos sabemos comportar con dignidad. No hay más que ver la cantidad de gilipolleces que hacemos cuando
tenemos miedo.
Porque vamos a ver, tú estás por la noche en la cama y oyes un
ruido extraño, ¿y qué haces? ¡Te tapas con la sábana! ¡Muy bien!
¿Qué pasa, que la sábana es antibalas? ¿Que si viene un malo con
un cuchillo no va a poder atravesarla, se le va a doblar la hoja?
¡Hombre, por favor!
¿Y cuando nos da por mirar debajo de la cama? ¡Hombre, que ya
tenemos una edad! Además, suponiendo que haya un asesino
debajo de la cama, ¿qué ganas mirando? ¡Que te mate antes! Muy
bien, fantástico. ¿Se imaginan que un día nos encontrásemos a
alguien debajo de la cama? ¿Qué le diríamos?:
-Buenas nocheeees… ¿Qué? Asesinando, ¿no?
-A ver, hay que ganarse las lentejas.
-¡Pero hombre de Dios! Salga de ahí que se va a quedar frío. Ande,
suba, que va a coger asma con tanta pelusilla. Máteme en la cama,
que estará más cómodo.
Otra reacción estúpida ante el miedo es mirar dentro del armario,
que ya es el colmo. Porque, vamos a ver ¿a alguien le cabe un
señor dentro del armario? Pero si el día que planchas no sabes
dónde meter toda la ropa, ¿cómo se va a meter un tío ahí dentro?
Otra situación. Oyes un ruido raro en casa y te levantas, ‘acojonao’,
en calzoncillos, y preguntas: -¿Hay alguien? ¿Pero qué crees, que si
hay alguien te va a contestar? Lo mejor es cuando llegas a la
conclusión de que si hay alguien sólo puede estar detrás de la
puerta del cuarto de baño, porque lo demás ya lo has registrado y,
¿qué haces? Asomas la cabeza poco a poco, más que nada para
que, si hay alguien, te dé a gusto. ¡Ay!
Otra. Vas en un coche y, de repente, el conductor empieza a correr
como si fuese Carlos Sainz, pero sin Carlos y sin Sainz, y tú
acojonado. ¿Qué haces? Lo normal, protegerte: te agarras a la asita
de plástico que hay encima de la puerta. Ya se puede estampar si
quiere, que tu vas cogido a la asita… En esta situación, las madres lo
que hacen es que se agarran al bolso y se lo ponen delante, como si
fuera un airbag.
¿Y cuando vas en bicicleta bajando una cuesta y aquello se embala?
¿Qué es lo que se te ocurre? Quitar los pies de los pedales. ¡Muy
bien, muy inteligente! Cuando te descontrolas del todo, sueltas
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también las manos del manillar. Eso es. Pero ¿qué crees que va a
pasar? ¿Que vas a salir volando como E.T.?
Cuando nos van a poner una inyección, ¿qué hacemos? Poner el
culo tan duro que la aguja rebota. Sabemos que duele más, pero no
podemos evitarlo. Y es que el miedo nos incita a hacer una idiotez
detrás de otra: tienes que bajar al garaje y no hay luz. Empiezas a
pensar en fantasmas o en si habrá alguien escondido y, ¿qué
haces? Cantar. ¡Miedo, tengo miedo, no lo sabes tú muy
biebebeben! Eso es, da más datos. Lanza una bengala.
¿Y qué pasa si vas por la calle y de pronto ves a alguien y piensas
que te va a atracar? Pues te cambias de acera. Seguro que si es un
atracador, pensará: “Mierda, otro que se me ha cruzado de acera,
qué nochecita llevo”. Pero ¿por qué hacemos esto? ¿Qué pasa?,
¿que los atracadores sólo atracan en la acera de los pares? ¡Ay!
El otro día iba en el ascensor con una mujer a la que no conocía de
nada y de repente el ascensor hizo un extraño: “Brramb”. ¿Y qué
hizo la señora? ¡Agarrarse a mí! Es una reacción típica de las mujeres. Deben de pensar que los hombres no caemos cuando se
descuelga un ascensor.
No hay que olvidar que unidas a nuestras reacciones estúpidas
están las que tiene el cuerpo por su propia cuenta. Una de ellas es
temblar. Si por ejemplo hay un ladrón en casa y nos escondemos
debajo de una manta, el hombre no tienen problemas para
encontrarnos. Nos ponemos como un móvil en posición vibrador.
Otra reacción estúpida es la de quedarte paralizado. Si viene un
coche hacia ti y está a punto de atropellarte, esto es todo lo que se
le ocurre a tu cuerpo, quedarse quieto.
Más reacciones que tiene el cuerpo por su cuenta: gritar. Claro que
sí, muy lógico. Si estás friendo un huevo y se te prende la sartén
¿qué se te ocurre? Gritar. Te pones a gritar como un loco: -¡¡Que se
me queman los huevos!! Y si viene otra persona, se une a ti con sus
gritos: -¡Que se te queman los huevos! Pero ¿qué pretendemos?
¿Apagar el fuego a gritos? ¡Hombre, por favor!
Y luego está lo de cagarse de miedo. ¿Habrá algo más estúpido y
más inútil que cagarse de miedo? Bueno, sí, morirse de miedo.
Ahora, eso sí, ¡que me esperen muchos años!
No es la primera vez que he leído esto y he de decir que la gran mayoría de las actuaciones no las tengo. No me tapo con la sábana cuando escucho un ruido; me pongo nerviosa pero nada más. ¿Mirar debajo de la cama? Cuando toca limpiar el polvo si, pero por norma general no acostumbro a hacer ese tipo de cosas. Supongo que los nervios, en ocasiones, nos juegan una mala pasada y hacemos, como tú bien dices, gilipolleces pero no siempre, dependerá como todo del día que tengas o hayas tenido.
Un saludo!
La verdad es que los nervios nos hacen hacer muchas tonterias… jajajaja. Es gracioso el texto 😀
Ya lo he leido muchas veces pero cada vez q me lo mandan por email lo vuelvo a leer porq me encanta jeje A mi lo q me da pánico es mirar por la venta cuando es de noche (vivo en un chalet y mi ventana da para la parte del jardín) me da por pensar q va a haber alguien ahí mirandome y prefiero no verlo yo jeje.Un saludo!
hola me encanto este monologo y creo k es muy cierto.bueno
adios
hola soy dayanis y me encanto tu monologo quisiera hacer uno pero como no se pero quisieras q tu me a lludaras dime como y es verdad lo q tu dices en veses uno tiene miedo pero enveces es la malicia q tiene uno besos cuidate
Hola Dayanis,
El ´monólogo no es mío, no lo he escrito yo, sólo lo transcribí.
Normalmente, me llegan por mail o lo veo en alguna parte … de todas maneras, supongo que ver con ironía todos los ámbitos de la vida cotidiana, es el modo de hacerlo … no obstante, pienso que es un tarea árduo complicada …
Suerte!
Besines de Colorines!
es buenicimotio te felicito xdxdxdxd