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Me gusta el lujo

Me gusta el lujo, no puedo evitarlo. Me encanta rodearme de esos “pequeños” detalles que hacen que la vida sea más agradable. No sé si me gusta el lujo porque estoy acostumbrada a él desde que era pequeña, o porque he ido descubriendo, con el paso del tiempo, los placeres que reporta. El lujo es algo a lo que ya no puedo ni quiero renunciar, porque no sabría vivir sin él. Ha pasado a formar parte de mi vida cotidiana.

Hoy no me imagino la vida sin el lujo del beso de mi amor antes de dormir, sin el lujo de tener un amigo, sin el lujo de saber que mi familia está ahí…….no puedo renunciar al lujo de conocer lo que es ser feliz.

Renuncio al lujo de la riqueza, del poder….., el lujo que yo ambiciono y al que aspiro, y que reconozco con orgullo que poseo, va por encima de la grandeza entendida como lujo material. Como decía J. Sabina en una canción: “tenemos el lujo de no tener hambre”, ¡y qué verdad es! Hay veces que no valoramos el detalle más sencillo, y confundimos la felicidad de tener con la felicidad que produce el sentir. Creo que una rosa, en el momento adecuado, es mayor lujo que el lujo de tener una casa rodeada de rosales: una rosa la puedes coger con tu propia mano, y olerla y tocarla, pero no podrías ir oliendo y tocando todas las rosas del jardín, porque terminarías cansándote, te pincharías con alguna y todas acabarían pareciéndote iguales. Por eso no quiero renunciar al lujo de lo cotidiano, de lo sencillo, de sentirme afortunada por todo lo que tengo, de saber que realmente el dinero no da la felicidad (aunque reconozco que ayuda un poquito, para qué vamos a engañarnos), pero el lujo de verdad, el mayor de los lujos, está más cerca de nosotros de lo que imaginamos, pero a veces no sabemos verlo.

¿No os parece un lujo poder ver una puesta de sol, oír el silencio en un bosque sombrío, sentir un escalofrío causado por una caricia, oler el aroma del tomillo? Quizás lo que me ocurre es que tengo tantos buenos recuerdos de momentos como estos, que añoro que ahora mismo no vuelvan a ocurrir, y recordándolos, considero que sería un lujo el que ahora mismo se repitieran.

Sí, decididamente me encanta el lujo, soy afortunada por ello, y espero continuar teniendo una vida muy lujosa 😉 !!!!


8 comentarios »

8 comentarios a “Me gusta el lujo”

  1. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 4 arrobita198

    tienes mucha razón princesa!!!
    yo siempre he dicho que mejor algo k nada.y si ese algo es solo una cosa, pues disfrútala!!!
    hay que tener en cuenta los pequeños detalles, apreciar y disfrutar todo lo que tenemos cuanto podamos, al fin y al cabo es una de las cosas que le da sentido a la vida….

    bsos

  2. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 4 Tetxus

    Tenemos memoria, tenemos amigos,
    tenemos los trenes, la risa, los bares,
    tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
    tenemos moteles, garitos, alteres.

    Tenemos urgencias, amores que matan,
    tenemos silencio, tabaco, razones,
    tenemos Venecia, tenemos Manhattan,
    tenemos cenizas de revoluciones.

    Tenemos zapatos, orgullo, presente,
    tenemos costumbres, pudores, jadeos,
    tenemos la boca, tenemos los dientes,
    saliva, cinismo, locura, deseo.

    Tenemos el sexo y el rock y la droga,
    los pies en el barrio, y el grito en el cielo,
    tenemos Quintero, León y Quiroga,
    y un bisnes pendiente con Pedro Botero.

    Más de cien palabras, más de cien motivos
    para no cortarse de un tajo las venas,
    más de cien pupilas donde vernos vivos,
    más de cien mentiras que valen la pena.

    Tenemos un as escondido en la manga,
    tenemos nostalgia, piedad, insolencia,
    monjas de Fellini, curas de Berlanga,
    veneno, resaca, perfume, violencia.

    Tenemos un techo con libros y besos,
    tenemos el morbo, los celos, la sangre,
    tenemos la niebla metida en los huesos,
    tenemos el lujo de no tener hambre.

    Tenemos talones de Aquiles sin fondos,
    ropa de domingo, ninguna bandera,
    nubes de verano, guerras de Macondo,
    setas en noviembre, fiebre de primavera.

    Glorietas, revistas, zaguanes, pistolas,
    que importa, lo siento, hastasiempre, te quiero,
    hinchas del atleti, gángsters de Coppola,
    verónica y cuarto de Curro Romero.

    Tenemos el mal de la melancolía,
    la sed y la rabia, el ruido y las nueces,
    tenemos el agua y, dos veces al día,
    el santo milagro del pan y los peces.

    Tenemos lolitas, tenemos donjuanes;
    Lennon y McCartney, Gardel y LePera;
    tenemos horóscopos, Biblias, Coranes,
    ramblas en la luna, vírgenes de cera.

    Tenemos naufragios soñados en playas
    de islotes son nombre ni ley ni rutina,
    tenemos heridas, tenemos medallas,
    laureles de gloria, coronas de espinas.

    Tenemos caprichos, muñecas hinchables,
    ángeles caídos, barquitos de vela,
    pobre exquisitos, ricos miserables,
    ratoncitos Pérez, dolores de muelas.

    Tenemos proyectos que se marchitaron,
    crímenes perfectos que no cometimos,
    retratos de novias que nos olvidaron,
    y un alma en oferta que nunca vendimos.

    Tenemos poetas, colgados, canallas,
    Quijotes y Sanchos, Babel y Sodoma,
    abuelos que siempre ganaban batallas,
    caminos que nunca llevaban a Roma.

    Título: Más de cien mentiras
    Año: 1994
    Letra: Joaquín Sabina
    Música: Joaquín Sabina
    Disco: Esta boca es mia (1994)

  3. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 4 CaRoLiNaA

    Tienes mucha razón en todo lo que dices. Hoy en día tenemos la falsa idea de que ser feliz es sinónimo de ser rico y yo, si te soy sincera, no estoy de acuerdo. No niego que el dinero ayuda mucho y que sin él, por mucho cariño, amigos, salud… que tuviéramos no seríamos felices pero es esta la razón por la que digo que el dinero es un complemento de la dicha una vez que tenemos todo lo necesario para vivir.

    Yo me siento bien con saber que mis padres y mi hermano están saludablemente y que, año tras año, puedo contar con ellos; soy feliz al poder contar con las amigas que tengo y, de vez en cuando, ir a cenar o tomar algo por ahí. De hecho, siempre me hicieron más ilusión aquellos pequeños detalles que algo muy grande y carísimo; tengo la “manía” si se puede llamar así de que lo pequeño es más sentimental, más detalle y siempre me gustó. Prefiero una rosa a un ramo de ellas, prefiero una caja de bombones a un reloj carísimo. Es cierto, si puedo permitírmelo seguramente me lo compre yo pero a la hora de regalar y de recibir opto por esas pequeñas cosas.

    Un saludo!

  4. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 4 Ártemis

    Sí, a mí también me gusta el gran lujo de los pequeños detalles, pero en el momento oportuno, aunque como dijo Antonio Banderas, el dinero no da la felicidad, pero quita los nervios…

    ¿Sabes? Yo creo que dos de las personas más infelices de este planeta deben ser los Becham… no sé, pero tanto hacer resaltar sus riquezas materiales es para tapar la falta de riquezas espirituales… No saben ni lo que hacer con tanto dinero.

    Por cierto, gracias Tetxus por poner la canción de Sabina.

    Saludos!

  5. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 0 Amelie

    A menudo me siento como una extraterrestre, porque debo ser de las pocas mujeres a las que no les gusta comprar.
    Yo si estoy triste, prefiero ir a ver el mar, y puedo ser feliz con un cambio de luz, con una llamada de tlf, con una sonrisa, con poner la radio y que aparezca la canción que llevo tarareando toda la mañana. Es un lujo estar vivos, y bien, con los que te quieren. Que más se puede pedir?

  6. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 4 tArA

    A mi tampoco me gusta comprar, bueno eso de tener roa nueva no esta nada mal, pero lo de irme una tarde enterita de compras….. uuffff, y eso de probarme ropa, me da una rabia….
    pero eso si, cuando estoy triste me pongo musica, y teneis razon, los pequeños detalles….

  7. el 29 Dic 2006 a las 29 diciembre 2006 PR: 2 Muñekita Diabolica

    Pues sii tienes razón…… nose a mi m gusta d todo un poco ^^ ya q tmbien d amor no c vive……

  8. el 01 Ene 2007 a las 1 enero 2007 PR: 3 [_La NaDa_]

    Como bien dices hasta alguno de esos detalles tan pequeños y que suelen estar ahí es un lujo: la pena es que nos damos cuenta cuando los perdemos.

    Siempre me reiré al recordar cuando un día una amiga me contaba un desamor… Le dije que se fijase en los pequeños detalles para ser feliz: yo me había comido unas natillas y estaban riquísimas xD.

    Y es que es así… A veces nos ofuscamos tanto tratando de tener lo que nos falta que echamos a perder lo que ya tenemos. Saludos.

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