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Ya está muy cerca…, ya se huele su presencia…., ya no podemos escapar……la Navidad: ha llegado, y con ella, como todos los años, y cada año más, empieza el: “Concurso de Navidad”. ¿Cómo?, ¿qué no sabéis de qué se trata?…..el Concurso de Navidad consiste en ver qué persona es capaz de adornar más y mejor su casa. Cada año, el número de adornos navideños va aumentando. Ya no nos conformamos con tener, dentro de casa, el árbol de Navidad, la flor de pascua, y unas cuantas bolas de colores y unas tiras de espumillón, colgados de donde se nos ocurra: de una puerta, de un cuadro, o de la ventana. Eso ya no es suficiente porque, al fin y al cabo, lo que importa es que nuestro esfuerzo decorativo lo vea la gente, así que ahora, los adornos navideños, se trasladan al exterior para compartirlos con los demás. ¿Cuándo empieza el concurso? ¡Hace días que empezó!!. No hay un día establecido para el inicio, pero siempre hay un atrevido, el concursante más decidido, que da el pistoletazo de salida, y es el primero en adornar los exteriores de su casa. Si queréis saber un secreto, ser el primero no es lo mejor, porque eso da pistas al resto, que suelen ser los vecinos más cercanos al osado primer concursante, y superan al día siguiente la decoración del hasta ahora, único participante. Pero ser el primero tiene su mérito, las cosas como son. Así, cada día, se puede ir viendo, cómo el concurso se anima y empieza a tener más participantes. Este concurso suele ser más evidente en las zonas residenciales, porque hay más sitio para exponer la obra navideña, y ya no resulta extraño ver a los enanos de los jardines portando en sus gorros, o incluso en su roja nariz, una bola navideña, y un espumillón rodeando la seta que les cobija. Las puertas y ventanas se llenan de luces, cada cual más….. “vistosa”, en aumento según el día que se hayan colocado, es decir, cuanto antes se hayan puesto en marcha, más humildes serán. En las ciudades, al menos en la que yo trabajo, lo que más he notado es el aumento de unos personajes vestidos de rojo que cuelgan de las ventanas y de los balcones. Durante mi recorrido en coche todos los días al trabajo, veo cómo van apareciendo de un día para otro. Creo que se trata de Papá Noel, pero me rompe un poco los esquemas la escalerita por la que trepan, porque yo siempre creí que Papá Noel entraba por la chimenea….Por cierto, a los que no he visto todavía colgados de las ventanas son a los Reyes Magos…..bueno, quizás es todavía es pronto para su llegada. Los Ayuntamiento también se esfuerzan y participan en el Concurso de Navidad. Siempre me he preguntado que harán con toda la decoración obsoleta de cada año. En el pueblo en el que yo vivo, son prácticos, y yo aplaudo su postura: reutilizan la de años anteriores. (Total, si son unos días). Pero a la sombra de tantas luces, me surge una duda (los que me leéis un poco ya sabéis que siempre estoy dándole vueltas a todo…): ¿sabemos qué sentido tienen tantas luces, y por qué adornamos las casas y las ciudades estos días? Esta vez, no voy a contestar, me reservo mi opinión, si no os importa. No quiero entrar en el sentido que estas fiestas tienen para cada persona, porque hay de todo. Cada uno puede vivirlas como quiera, pero lo cierto es que en esta época, aumentan los buenos deseos, las ganas de estar con los seres queridos, el recuerdo de esa persona que no vemos a menudo, los deseos de un buen año…..y aunque sólo sea por el buen ambiente que se respira en tan pocos días, quizás merezca la pena que la vida se llene de luces. ¡Ah! ¿que quién gana el Concurso de Navidad? Todo aquel que sabe iluminar de algún modo, la cara de otra persona. ¡Feliz Navidad y feliz año 2.007!